Por Teresa Mlawer
Finalizan las vacaciones de verano y nos preparamos para empezar un nuevo curso escolar. Para algunos niños incluso quizás sea su primer día de escuela: ¡qué emocionante!
Sin embargo, debemos tener presente que la escuela comienza en casa y que nosotros, los padres o los abuelos, somos los primeros maestros de nuestros hijos. Los niños aprenden de lo que ven a su alrededor y tratan de imitarnos en lo que hacemos. Por eso es tan importante darles buen ejemplo e inculcarles el amor por la lectura "desde la cuna".
En esta sociedad tan agitada y estresante, todos llegamos cansados a casa, donde hemos de cumplir con otras obligaciones. Sin embargo, dedicar 20 minutos al día a leerles un cuento a nuestros hijos no debe constituir nunca una obligación sino un placer, y más cuando sabemos que con este sencillo recurso los preparamos para aprender más en la escuela y, por consiguiente, los estamos ayudando a labrarse un futuro mejor.
Para mí fue una verdadera revelación, primero con mis hijos y luego con mis nietos, ver cómo iban evolucionando, cómo maduraba su pensamiento gracias a la lectura cuando todavía eran pequeños. La lectura los llevó a nuevos mundos, a mundos llenos de fantasía, de aventuras, de conocimientos. Por eso no pude ocultar una sonrisa de satisfacción cuando Ben, mi nieto más pequeño -nueve años- me llamó cuatro días después del lanzamiento del último título de la serie de Harry Potter, Harry Potter and the Deathly Hallows, que tiene 784 páginas, para decirme, con orgullo, que lo había terminado.
En breve comenzaremos a preparar todo lo que los niños necesitan para volver a la escuela: ropa, zapatos, mochila, cuadernos, lápices. Sin embargo, no olvidemos añadir a estas compras una selección de libros para casa, libros que ellos puedan disfrutar a través de la lectura en familia o por sí mismos.